Playa Amapas

Ubicada justo al final de la icónica Playa Los Muertos, Playa Amapas ofrece un refugio sereno lejos del bullicio de la ciudad. Esta joya escondida, pequeña y relativamente tranquila, se enmarca en un entorno natural único, rodeada por la sombra de las amapas, árboles nativos que se elevan hasta los 30 metros y crean un ambiente fresco y acogedor. Las formaciones rocosas que se adentran en el mar forman una pintoresca bahía diminuta, un espectáculo natural que añade al encanto de Playa Amapas.

¿Cómo Llegar?

Llegar a Playa Amapas es una aventura en sí misma. Desde el extremo sur de Playa Los Muertos, cerca de la escultura “El niño sobre el caballo de mar”, encontrarás unas escalinatas que te conducen hacia lo alto del montículo conocido como el Púlpito. Desde ahí, un sendero te guiará hacia abajo; aunque el camino es moderadamente complicado, debido a su pendiente rocosa e irregular, la recompensa al final del camino bien vale la empresa. La precaución es clave, pero la belleza que te espera al final es inolvidable.

Atractivos Principales

Playa Amapas es destacada por su gruesa arena de color ámbar y sus aguas de un verde esmeralda intenso. Estas características hacen de la playa un paraíso para nadadores experimentados y aquellos que buscan un contacto más íntimo con la naturaleza marina. La orilla se adorna con pequeñas rocas y un arrastre natural de conchas marinas y otros moluscos, añadiendo a la rústica belleza de este lugar. El oleaje en Playa Amapas varía de suave a moderado, lo que permite disfrutar del mar con tranquilidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no hay servicios de salvavidas, por lo que se recomienda precaución durante el nado.

La combinación de su acceso aventurero, la tranquilidad de sus aguas, y el sombreado natural por altos árboles de amapas, hacen de esta playa un destino obligatorio para aquellos buscando una experiencia auténtica y menos concurrida en Puerto Vallarta. Aquí, puedes desconectarte del mundo exterior y sumergirte en un ambiente donde la naturaleza habla y el mar invita a la reflexión.